GERHARD RICHTER

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“Juzgamos y creamos una sola verdad desde la exclusión de otras. No hay verdad absoluta. Por eso la buscamos siempre a través de lo superficial”

Gerhard Richter es un artista alemán nacido en Dresde, Sajonia, en 1932, en pleno periodo de entreguerras y con el ascenso del partido Nazi al poder. Tiempos difíciles sin duda, incluso, para los mismos alemanes.

Su padre, maestro de carrera, fue obligado a unirse al Partido Nazi y enviado al frente oriental en 1939, Richter volvería a verlo hasta 1947. Además de verse obligado a enlistarse en el Pimpfe, la antesala de las Juventudes Hitlerianas, que a finales de la guerra sería la última reserva de resistencia donde se verían morir niños, literalmente menores de 15 años, por las calles.

Gerhard y parte de su familia correrían con suerte al mudarse Walterstorf, lo que los salvaría de los bombardeos y de la muerte. Vivir esas experiencias tan fuertes a su corta edad lo marcarían en definitiva, creando en él una sensibilidad especial con el gusto por la naturaleza y el arte.

Comenzó su carrera como pintor de publicidad y de escenarios antes de estudiar en la Academia de Arte de Dresde. Finalmente regresa a su ciudad natal donde comenzó sus estudios en la Academia, en 1951, teniendo como profesores a destacados artistas de la época como Karl von Appen, Ulrich Lohmar y Will Grohmann.

La primera etapa de su trabajo se centra en murales como el Communion Picasso (1955) y posteriormente el Lebensfreude (1956), en el Hygienemusem (Museo Higiénico Alemán). Ambos serían repintados por cuestiones ideológicas de la época y serían descubiertos a finales de los ochenta para, posteriormente, tapiados a principios de 2001.

Después de huir de la Alemania Oriental, dos meses antes de la edificación del muro de Berlín, se establece en Göttingen en un campo de refugiados para, posteriormente, estar unos años en Oldenburg, viviendo con los padres de su esposa Marianne “Ema” Eufinger.

El peregrinaje continuaría en Düsseldorf en 1967 donde fue maestro en la Hochschule für bildende Künste de Hamburgo hasta 1971. La siguiente ciudad sería Düsseldorf donde vivió y trabajó en la Nova Scotia College of Art and Design hasta 1993. Actualmente vive y trabaja en la ciudad de Colonia.

En la primera parte de su obra, en la década de los sesenta, comienza a trabajar con las foto-pinturas inspirado en Lichtenstein y las nuevas posibilidades que ofrecía el usar métodos no convencionales para pintar que planteaba el movimiento Fluxus. Lo llevó a crear estas piezas mucho más detalladas y afinadas de lo que hacía de Rauschenberg y mucho más pictóricas que las apropiaciones que Warhol hace de la iconografía de los medios de comunicación.

Muchas de las fotografías que inspiraron el trabajo de Richter en esta etapa fueron tomadas por su tía Marianne, víctima de la experimentación médica nazi, y de su tío Rudi, oficial del régimen de Hitler que perdió la vida en la Segunda Guerra Mundial. Imágenes llevadas al extremo, como si estuvieran debajo de un velo o una nube. Un blurring que desvanece el contorno del objeto pero no por eso pierde la nitidez de la imagen ni el detalle global de la toma. En definitiva mis cuadros preferidos del artista.

Las obras que sobresalen de este periodo son Negroes (1964) que parte de un fotograma de la película de Leni Riefenstahl sobre la tribu africana de los Nuba, y el Rollo de papel higiénico de 1965.

En Richter se identifican dos métodos de trabajo básicos en sus más de cinco décadas de carrera artística: La figuración y la abstracción. Del primero, como ya se comentó, es una obra sentimental, donde se dedicó a reproducir paisajes bucólicos típicamente centroeuropeos inmersos en una atmósfera romántica, como vistos a través de un objetivo que los distorsiona y ofrece distintas visiones de la misma realidad.

Es a partir de los años setenta que comienza con la abstracción, influenciado por la guerra de Vietnam trabaja en una serie de monocromos llamados Cuadros grises, sería el inicio de su vuelta hacia la abstracción expresionista que se aleja por completo de la foto-pintura.

Existe un cuadro muy interesante de 1968 titulado Paisaje urbano en el que combina ambas técnicas en un mismo objetivo. La imagen corresponde a una ciudad bombardeada, pero de cerca destacan cúmulos borrosos y manchas en gris que abstraen la imagen y la distorsionan.

Su trabajo evolucionaría en el camino de la abstracción con sus series interminables de cuadros coloridos a manera de pixeles como en sus series de Colours.

El culmen de su trabajo en la abstracción llegaría con su serie de Cage del año 2006, donde el artista corre la pintura ayudado con una espátula hasta formar imágenes barridas distorcionadas por la velocidad. Al igual que Pollock y su Action dripping, Richter encontró la manera de fusionar procesos y utilizar la mancha y de la falta de definición de los contornos para alterar la visual de sus cuadros, creando obras de un alto poder psíquico y físico.

De su trabajo más reciente se debe de destacar la serie de September, cuatro piezas inspiradas en el ataque a las torres gemelas en Nueva York. Sus cuadros parecen ser pinturas casi monocromáticas, brillantes, pinturas casi arquitectónicas de color gris aluminio, rayado con manchas ondulantes de humo y nubes. En definitiva piezas que destacan por su frialdad mortal, inquietante y voluptuosa que nos recuerda la grandeza del artista.

Gerhard Richter ha sido llamado el “Picasso del Siglo XXI” según The Guardian, los espectadores tenía que hacer cola de aproximadamente dos horas para ingresar a su última gran retrospectiva titulada Panorama, que se inauguró en la Neue Nationalgalerie de Berlín, para posteriormente estar en la Tate Modern londinense y el Centre Pompidou de París.

A principios de año una de sus piezas rompió el record como el cuadro más caro vendido en subasta perteneciente a un artista vivo en la sede de Sotheby’s en Nueva York. La pieza La plaza del Duomo de Milán, cuadro de 1968, sorprendió a todos al ser vendida en 37.1 millones de dólares.

En él la compra de arte es una apuesta segura. Según Artnet, la obra de Richter ha aumentado exponencialmente diez veces su valor en dos décadas. Además, la evolución relativa de sus precios desde 1985 supera ampliamente a la de otros artistas como Picasso, De Koonig o Warhol así como al índice bursátil S&P 500, según un informe del banco Citibank.

Al parecer esta situación no es del agrado total del artista, siempre en un plano más conservador y alejado de los reflectores se dedica a hacer lo que le gusta, pintar. En febrero del año pasado tras la presentación de su retrospectiva en la Neue National Galerie de Berlín, el artista dijo que le parecía ‘irreal’ y ‘repugnante’ que sus obras alcanzasen precios de 15 millones de euros en el mercado.

Quizá tenga razón, ¿En qué momento el arte dejo de ser arte y se convirtió en especulación bursátil?, ¿El arte explicado por estadísticas financieras donde lo importante es el valor comercial más que la pieza? Creo que hay muchos artistas y galeristas de ‘medio pelo’ que debería de aprenderle un poco al maestro en su opinión del mundo del arte actual.