Walter De María

Un artista muy interesante de analizar, camaleónico y explorador de muchas plataformas de expresión artística como la pintura, la música, la escultura y la instalación. Pionero del minimalismo junto con sus compatriotas Donal Judd, Philip Glass o Robert Morris, donde reducen al mínimo posible los elementos en su plataforma de expresión en aras de un placer más intenso, más intelectual.

Inicia su educación artística como pintor en la universidad de Berkeley en su natal California. Aunque al poco tiempo comenzó su interés por la escultura minimal que después llevaría a un nivel más interesante, mezclándolo con el performance y el land art convirtiéndolo en una figura de culto en el mundo del arte.

Es en esta época universitaria cuando conoce a La Monte Young, compositor avant-garde, que sería figura clave en la introducción de De Maria en las artes en movimiento, como la danza y el teatro, lo cual definiría su estilo personal.

De esta etapa vale la pena revisar su pieza de 1961 Boxes for Meaningless Work, las cuales incluyen unas instrucciones que dicen algo más o menos así:”transferir las cosas de una caja al siguiente cuadro hacia adelante y hacia atrás, hacia adelante y hacia atrás, etc. Ser conscientes de que lo que está haciendo no tiene sentido”

Bed of nails (1969) es una pieza muy interesante de sus primeras esculturas minimales. Se trata de un pieza en la que predomina la geometría y la progresión de clavos afilados dispuestos sobre una placa rectangular. La forma final genera unas sensaciones que van más allá de la mera contemplación pasiva de la misma.

Existe una pieza que aunque es muy posterior a ésta época de trabajo (1979) que retoma la esencia de su obra minimalista incial. Se trata de “Broken kilometer” donde dispone en una galería sobre el piso 500 barras de latón pulido de dos metros de largo, que la suma de todas completarían el kilómetro mencionado.las barras son colocadas con un cierto ritmo y frecuencia que va aumentando la distancia progresivamente conforme se avanza por el salón, logrando una confrontación con la perspectiva muy interesante.

John A. Walker hace una reseña muy interesante del movimiento minimal norteamericano, que de alguna manera define el trabajo de De María en ese momento. Haciendo referencia a la exposición titulada Prymary Estructures que tuvo lugar en el Jewish Museum de Nueva York, comenta lo siguiente:
“Es posible identificar ciertas cualidades comunes en la obra de los escultores norteamericanos que expusieron en el Jewish Museum: a saber, abstracción total, orden, simplicidad, claridad, factura, alto grado de acabado y antiilusionismo o literalidad. Como Stella, los escultores minimal rechazaron la tradición europea de las relaciones jerárquicas internas de las partes –la estética cubista-, debido a que era fundamentalmente antropomórfico”

Un dato curioso es sin duda su participación en una banda de rock en 1965 como baterista en The Primitives y con The Druds banda de la cual fuera parte John Cale, que a la postre sería uno de los fundadores de The Velvet Underground, nada mal.

En definitiva el abrirte a otras disciplinas siempre trae consigo propuestas mucho más frescas e interesantes. y es precisamente con este brinco conceptual donde empieza a coquetear con el Land art. Todo comienza con pequeñas intervenciones en el paisaje conectadas a la acción y la interacción continua entre sujeto y objeto.

El Land Art es de las primeras corrientes artísticas que buscan la desmaterialización del objeto, del espacio museográfico o la galería. El arte sale a la calle, a la vida misma, a lugares inéditos o praderas desoladas. El espacio exterior se vuelve en el soporte de la obra, la cual es transformada por el pensamiento y la acción del artista.

Las obras generalmente se desarrollan en grandísimas áreas, con planes ambiciosos e incluso megalómanos. El resultado expositivo se reduce a la documentación del suceso mediante dibujos, fotografía o video. En esta línea de trabajo vale la pena revisar el trabajo de Dennis Oppenheim, Richard Long o Hamish Fulton.

Una pieza clave en el entendimiento de esta línea de trabajo, y sumamente interesante, sería la de “Earth Room”, expuesta en el Soho en la galería del 141 Wooster Street en Nueva York en 1977. En una amplia sala blanca introdujo alrededor de 127,000 kilos de tierra de campo hasta alcanzar una altura aproximada de medio metro sobre el nivel de piso existente.

“Nada más hay allí. Y nada menos: en la metrópolis por antonomasia del planeta una amplia concentración de tierra con cierto olor a humedad nos recuerda sin palabra alguna de dónde venimos y nos transmite cierta sensación de vacío”.

En definitiva la obra con la cual se inmortalizó convirtiéndose en sujeto de imprescindible en la historia del arte es The Lightning Field. Obra desarrollada en 1977 en un campo de una hectárea de Nuevo México compuesta por 400 postes de acero inoxidable, de unos seis metros de altura, clavados en el suelo, con una distancia constante y rítmica formando un todo armónico.

A medio paraje rústico en medio de la nada, esta obra aprovecha las impresionantes tormentas eléctricas que azotan la zona, atrayendo los rayos, a manera de pararrayo, crenado un espectáculo formidable. La idea es permanecer un tiempo considerable en la instalación para, en palabras del artista, que el espectador pueda conocer a fondo las transformaciones que la naturaleza experimenta.

La pieza tiene una doble lectura, en un día normal es una pieza de arte que se puede recorrer y perderse entre las perspectivas y las sombras proyectadas dentro del entramado. En un día lluvioso se convierte en un lienzo vivo donde la naturaleza es domada y nos regala unas postales increíbles. Es quizá una de las piezas de arte natural más lograda y perfecta de la historia.

En la actualidad esta instalación sigue funcionando. Se puede visitar durante 6 meses al año por el temporal de lluvias. Cuentan con una organización dedicada exclusivamente a la visita turista al sitio. Se puede encontrar la información referente en la página web http://www.diaart.org/sites/page/56/1375
Walter De María rompió la barra disciplinaria y los formatos establecidos. El arte sale de la galería, el objeto escultórico deja de ser rígido y pasivo para convertirse en un elemento vivo, transmisor de la naturaleza, una obra eterna, un baile perpetuo de energía que todos los días nos muestra una nueva cara.

1. Walter De Maria: Museum Piece (1966) Guggenheim Collection.
2. Caballero, Juan Diego. Enseñ-arte. Un arte para todos.http://aprendersociales.blogspot.mx