La densidad del Pop Art

“No sentimos desagrado ante la cultura comercial estándar entre los más intelectuales, pero lo aceptamos como un hecho, lo discutimos en detalle y lo consumimos con entusiasmo. Un resultado de nuestra discusión fue el tomar la cultura pop fuera del reino del escapismo, del puro entretenimiento, de la relajación y tratarlo con la seriedad del arte”. Lawrence Alloway

“Bote de sopa Campbell’s, ¿Cuántas veces? Y esas series interminables de colores planos, sin matices, mecánicos, obsesivos, extraños al vacío, sexuales”. “80 billetes de dos dólares, (anverso y reverso)”, Marilyn Monroe, y Liz Taylor, zapatos, bocas, Jane Fonda, Ingrid Bergman, poses, órganos, James Dean, Judy Garland, Dick Tracy, asesinos más buscados, sillas eléctricas, pecados y paneles de revóleres, retratos, copias hechas, héroes, violencia, mal gusto, tomato soup, estrategias de simulación, drácula, accidentes de ambulancia, disturbios raciales rojos, flores, rauschenberg, corn flakes, Del monte, salsa de tomate heinz, mick joseph, condensed, vitrinas, hot dog”. Rodrigo Zúñiga C

Estados Unidos a mediados de los cincuentas presenta una de las mejores situaciones de bonanza económica, el auge de la nueva tecnología, los inicios de los mass-media, etc. Crenado por consiguiente una sociedad de consumo donde el glamour, la frivolidad y la monotonía de la vida exigía un tipo de arte que dejara atrás la complejidad conceptual del surrealismo o del expresionismo abstracto.

Surge entonces un estilo netamente estadounidense conocido entonces como Pop art. Término ideado por Lawrence Alloway, crítico en The Nation, y aunque el término surgió al tomar en cuenta solamente rasgos superficiales de las primeras obras presentadas, de alguna manera no fue un mal calificativo ya que parte esencialmente de su carácter irrelevante tanto en concepto como en objeto.

Dentro del Pop Art se pueden distinguir dos escuelas representativas de este nuevo estilo americano que se revelan ante las propuestas del expresionismo abstracto: la Escuela de Nueva York (Warhol y Lichtenstein); y la Escuela de California (Kienholz y Ramos) Que quizá la única diferencia formal de ésta última es el uso de mezclas de imágenes dispares con cierto toque de inocencia, mezclado con un erotismo dulce y ligero.

“No sentimos desagrado ante la cultura comercial estándar entre los más intelectuales, pero lo aceptamos como un hecho, lo discutimos en detalle, y lo consumimos con entusiasmo. Un resultado de nuestra discusión fue el tomar la cultura pop fuera del reino del escapismo, del puro entretenimiento, de la relajación, y tratarlo con la seriedad del arte.” 1

Pronto este estilo innovador fascinó a los jóvenes de todo el mundo por la ligereza y la libertad que presentaban. En los Estados Unidos, el auge fue mayor ya que de alguna manera se identificó como una expresión auténtica de la experiencia americana, mejor conocida como el American Dream. Con sus formas y temas sencillos y fáciles de comprender tanto en contenido como en forma, el pop fue apreciado y aplaudido por un sector amplio (popular) de la sociedad que quizá antes nunca había tenido ningún tipo de contacto con otro movimiento estético precedente. De hecho, el pop fue reconocido por el gran público antes que cualquier coleccionista o crítico de arte.

El pop desarrolla sus propuestas a partir de la desacreditación de imágenes tomadas de la cultura de masas. Se fundamenta en la idea de que las pantallas cinematográficas y las excesivas reproducciones y popularización de las obras maestras, han modificado los hábitos visuales contemporáneos.

Aparece en los objetos Pop un desprecio por la tradición y la historia del arte, ya que por primera vez surgen representados o interpretados objetos ordinarios, productos fabricados en serie o de temas propios de la publicidad o del arte comercial como elementos estéticos.

El pop se convierte en el reconciliador del gran público con un universo de bienes de consumo y el arte, con objetos con cierta vulgaridad y ligereza pero con un diseño bastante limpio. Así, cualquier cosa por más banal o frívola puede contener un cierto potencial estético y convertirse en una obra de arte.

“Estoy estupefacto, fascinado, excitado por el modo como las cosas nos son lanzadas en plena cara. Estamos bombardeados por la radio, la televisión y por otras formas de comunicación visual […] con tal fuerza y rapidez que la pintura […] parece entonces un muy viejo juego, la pintura es probablemente más apasionante que la publicidad; ¿ porqué no darle entonces el mismo poder, el mismo impacto?.2

Como se dijo antes, por la supuesta superficialidad temática, el Pop al inicio fue relegado sin considerar el verdadero efecto liberador que suscitaron sus concepciones estéticas. Según Arthur C. Danto3 el Pop juega en la historia del arte un rol filosóficamente central, ya que marcó el final de la gran narrativa del arte occidental al brindar la autoconciencia de la verdad filosófica del arte. Además, retoma una enseñanza platónica con respecto al arte, ya que lo relegó al último escalón de la gama de realidades.4

Los artistas clásicos carecen de conocimiento ya que sólo trabajan en las apariencias de las apariencias, hasta a mediados de los sesentas donde el Pop empieza a trabajar con objetos del mundo real, cerrando así la brecha entre el arte y la realidad. Queda claro entonces que no puede entenderse más la diferencia entre arte y realidad solamente con medios visuales, o enseñar el significado de la obra de arte por medio de una serie de ejemplos de obras maestras.

Surge entonces un cuestionamiento natural a esta situación: ¿Qué diferencía una obra de arte de algo que no es una obra de arte si, de hecho, lucen exactamente semejantes?5. Es evidente que tales cuestionamientos no hubieran ocurrido cuando el significado del arte se podía enseñar mediante ejemplificaciones o referencias directas y que las distinciones entre arte y realidad era simplemente perceptual.

Con el Pop Art, el arte llegó al final de su historia tal y como la conocíamos, reconociendo que la obra de arte ya no tenía que ser de alguna forma en particular. En palabras de Beyus “cualquier cosa es una obra de arte”, lo que hizo que el artista se sintiera liberado para hacer cualquier cosa.

Cabe aclarar que no es que el arte muriera o finalizara, sino que la historia del arte tal y como la veníamos conociendo hasta antes del siglo XX con su estructura narrativa había llegado al final y, por consiguiente, se ampliaba el campo estético multiplicando las posibilidades de manifestaciones artísticas.

“Bote de sopa Campbell’s, ¿Cuántas veces? Y esas series interminables de colores planos, sin matices, mecánicos, obsesivos, extraños al vacío, sexuales. “80 billetes de dos dólares, (anverso y reverso)”, Marilyn Monroe, y Liz Taylor, zapatos, bocas, Jane Fonda, Ingrid Bergman, poses, órganos, James
Dean, Judy Garland, Dick Tracy, asesinos más buscados, sillas eléctricas, pecados y paneles de revóleres, retratos, copias hechas, héroes, violencia, mal gusto, Tomato Soup, estrategias de simulación, drácula, accidentes de ambulancia, disturbios raciales rojos, flores, rauschenberg, corn flakes, Del monte, salsa de tomate heinz, mick joseph, condensed, vitrinas, hot dog”.6

Cuando lo superficial deja de ser una característica trivial para convertirse en un cumplido, habrá que poner en duda los principios estéticos que la modernidad proponía para involucrarse con otros, que tienen que ver con una forma más inmediata de ver las cosas. La transparencia pura (puritana) ha sido reemplazada ahora por la veladura, el significado por el sentido, la esencia por la presencia, la profundidad por la intensidad superficial.

La aportación al Pop a la historia del arte es muy importante, ya que por primera vez se funde la vida diaria con el gran arte. La superficialidad adquiere intensidad, ésta no es sinónimo de banalidad, sino de abandono del modelo de profundidad para obtener la intensidad.

El universo estético se percibe como experiencias puntuales, intensificadas y heterogéneas, se produce de manera débil y periférica. Además se reconoce su carácter fragmentario, se acepta conscientemente que nunca llegarán a convertirse en modelos prototípicos como en la modernidad.

De cierta forma, y muy seguramente sin así desearlo, el pop se vuelve en el aliado teórico – práctico del pensamiento débil que conceptualiza Gianni Vatimmo. Entendido por él como la característica epistemológica de nuestros días. Donde el hombre reconoce humildemente sus limitaciones; es fragmentario y no totalizante. Reconoce su carácter efímero, por estar consciente de su muerte. Ya no cree en un futuro moderno encausado por el progreso de la ciencia. El futuro es aquí y ahora, no hay mas que le presente es por eso que su vida es Light.
Quizá Warhol y compañía nunca pensaron en las implicaciones y complicaciones teóricas que surgirían a partir de su discurso. Lo que comenzó como una crítica a la seriedad del expresionismo abstracto, se convirtió en el discurso más denso del pensamiento contemporáneo.

Notas.

1 Lawrence Alloway, The development of British pop, Thames and Hudson, Londres, 1985, pp. 29-30.
2 Joseph Rosenquit, Entrevista con G.R. Swenson. (What is Pop Art?). Segunda parte presentada en Arts News en febrero de 1964,
p. 63.
3 Arthur C. Danto, Después del fin del arte, Paidos Transiciones, Barcelona, 1999, pp. 131-145.
4 El arte para platón es una mimesis imperfecta de la realidad, que a su vez es una copia dudosa de los conceptos perfectos e inmutables
contenidos en el mundo de las ideas, que a manera de sombra se proyectan en el mundo sensible.
5 Arthur C. Danto, Op. cit., p. 138.
6 Rodrigo Zúñiga C, “Notas al paso, Andy Warhol”, en Andy Warhol, http:// www.palermo.edu.ar/produccionacademica/c/
andywarhol.html (vi: 12 de febrero del 2001).

Los invitamos a leer nuestra colaboración de la semana con Cultura Colectiva referente al Pop Art. La próxima semana complementaremos del tema hablando de Andy Warhol, uno de nuestros ‘consentidos’

http://culturacolectiva.com/la-densidad-del-pop-art/