Aranzazu - Taller de arquitectura

Aranzazu

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Escuela de música Aránzazu. Ensamblaje. El ejercicio plante al relación de dos volúmenes en un espacio por medio del concepto de adición o ensamblaje. Uno real, preexistente y absoluto. Otro como futuro, relativo, ambiguo como posibilidad. El primero se trata de la capilla de Aránzazu, volumen mineral, rectangular, geométrico, unitario, sólido.

Donde el peso y la gravedad se pueden interpretar como un macizo o volumen de alta densidad por su apariencia y exterioridad. ¿Una caja opaca que atrapa la luz?. Éste contiene un programa singular, de carácter místico, religioso y funcional, que requiere de un solo espacio: un gran vacío acústico, vertical, direccional, procesional, donde la luz penetra oblicua casi vertical.

El segundo como propuesta: La escuela de música y conservatorio de la ciudad de Guadalajara. Una estructura condicionada por la ya preexistente – La capilla de Aránzazu- . Su relación adyacente, su inmediación y proximidad plantea la composición bajo los conceptos genéricos de: adición/ ensamblaje, autonomía/ dependencia, volumen/ levedad. La arquitectura se plantea en dos estructuras. Una de éstas no tiene existencia y, sin embargo, el trabajo mayor se realizará en ella. En la otra se integrará un programa bajo pertinentes consideraciones físicas de revaloración y respeto al espacio, así como de adecuación su nueva función.

El tema conceptual que dirige el desarrollo del proyecto es la idea de adicionar, ensamblar. Generar tensión entre dos arquitecturas y el espacio que las contiene. El problema no se plantea desde el ángulo generalizado en nuestro medio de intervenciones localizadas de microterapia urbana, o las múltiples utilizaciones de las fórmulas nostálgicas de las poéticas blandas de inserción, restauración, integración en los lugares o en la historia.

Como parte de los proyectos de rehabilitación del centro histórico de la ciudad, se plante la instalación de un centro cultural dentro de una estructura espacial preestablecida, permanente y con una vocación diferente, como lo es una iglesia, para crear una tensión entre ambas instituciones, concepto y lenguaje: cultura-iglesia, barroco- contemporáneo, ligereza-pesadez.

En respuesta al contexto altamente urbano, dentro de la trama mas conflictiva y congestionada de la ciudad, se dispone trabajar dentro de una franja paralela a la colindancia menos expuesta del predio. Además, la propuesta pretende liberar la planta de la plazoleta de cualquier construcción que densifique el contexto, el único testimonio de la intervención, una serie de columnas metálicas esbeltas y elevadas.

La escuela de música se resuelve dentro de un paralepipedo acristalado y suspendido, donde se estructura por medio de marcos rígidos obteniendo la máxima flexibilidad espacial en el interior. El programa se articula en vertical por medio de una rampa continua: el acceso se hace mediante un nivel subterráneo donde se encuentran las áreas públicas (cafetería, tienda de discos, administración, etc.).

El primer nivel se destina a la teoría, a la enseñanza teórica de la música. Por consiguiente en la planta superior se alojan las aulas prácticas con los estudios de grabación. La iglesia de Aránzazu no se interviene formalmente, solo con mobiliario cuando se necesite, la plazoleta se limpia de cualquier mobiliario urbano, dejando una plaza dura, tectónica conservando el arbolado existente, siendo éstos y la columnata los únicos elementos verticales en contraposición a la caja prismática horizontal.

La piel acristalada del edificio se tatúa por medio de serigrafías y opacidades que varían su intensidad según la función interior que recubra la sección de fachada. Así se obtiene una superficie palpitante que varía su composición y color de forma camaleónica según sea la perspectiva del observador.

Conceptual / Conceptual
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